DOS GRANDES MISTERIOS DE LA NATURALEZA.

Lorenzo Guadamuz Sandoval

1 de noviembre 2015.

RETOMAMOS LAS REFLEXIONES ESCRITAS.

Durante las últimas semanas hemos dejado de cumplir con la entrega semanal de reflexiones que compartimos con nuestras y nuestros amigos lectores, ello debido a que estaba con varios compromisos, entre ellos la entrega de un libro de 400 páginas, que recién concluimos con su entrega. Pedimos disculpas a aquellas personas que siempre están atentos a nuestras publicaciones.

#UN GRAN FÍSICO, UN GRAN CIENTÍFICO, UN ESTUDIOSO DE LA MENTE.

El Dr. Michio Kaku es uno de los científicos vivos que admiro; el último libro que he estudiado de él se llama “El futuro de la Mente”, en el cual presenta el resultado de sus investigaciones y conversaciones con los mejores científicos de Universidades prestigiosas y de centros de investigación sobre el cerebro, totalmente actuales y recientes.

A continuación tomaremos y transcribiremos algunos textos de dicho autor para compartirlos con nuestros lectores.

#DOS GRANDES MISTERIOS DE LA NATURALEZA.

Los dos mayores  misterios  de la naturaleza  son la mente  y el univer­so. Gracias  a nuestra  avanzada  tecnología,  hemos  sido capaces  de ob­tener  imágenes   de galaxias situadas  a miles  de millones   de años  luz, manipular    los  genes   que  controlan    la  vida  e introducirnos   en  el átomo;  sin embargo   la mente   y el universo   si­guen   siendo   tan  esquivos   como   seductores.   Son  las fronteras   más misteriosas  y fascinantes  de la ciencia.

Si queremos   apreciar  la majestuosidad    del  universo,  solo  tene­mos que  alzar la vista hacia  el firmamento    nocturno,   resplandeciente con  sus miles  de millones  de estrellas. Desde  que  nuestros  antepasa­dos se asombraron   por  primera   vez ante  el espectáculo   del cielo  es­trellado, hemos  tratado  de dar respuesta  a estas preguntas   eternas:  ¿ de dónde  surgió  todo?;  ¿qué  significa  todo  esto?

Para ser testigos  del misterio   de nuestra  mente,  no  tenemos   más que  mirarnos   al espejo  y preguntarnos     qué  se oculta   tras nuestros ojos, lo que  nos lleva a plantearnos   obsesivamente   preguntas   como: ¿tenemos  alma?; ¿qué  es de nosotros  tras la muerte?;  ¿quién  soy «yo»?. Y, lo que  es más importante,   nos  conduce   hasta la cuestión   definiti­va: ¿cuál es nuestro  lugar  en el gran proyecto  cósmico?  En  la Vía  Láctea  existen  cien  mil  millones   de  estrellas, aproxi­madamente   la misma  cantidad  de neuronas   que hay en nuestro  cerebro.

  La mente y el universo suponen el mayor reto científico posible, pero tam­bién los une una curiosa relación.  Por una parte, son polos opuestos: uno  tiene  que ver con la inmensidad  del espacio exterior,  donde encontramos  extraños  habitantes,  como  agujeros negros, estrellas que explotan y galaxias en colisión; la otra, con el espacio interior, donde hallamos nuestros deseos e ilusiones más íntimos y privados. . Nuestra mente  está tan presente en nosotros como nuestros propios pensamientos; sin embargo, cuando nos piden que la describamos y la expliquemos, con frecuencia nos faltan las palabras.

De hecho, durante la mayor parte de la historia hemos sido  incapaces  de comprender qué es  o cómo funciona nuestra mente. Los antiguos egipcios, a pesar de todos sus grandes logros en las  artes y las ciencias, creían que el cerebro era un órgano inútil y se  deshacían de él cuando embalsamaban a sus faraones.  Aristóteles estaba convencido de que el alma residía en el corazón , no en el   cerebro, cuya única función  era la  de refrigerar el  sistema  cardiovascular.  Otros, como Descartes,  creían que el alma entraba en el cuerpo a través de la minúscula  glándula pineal  del cerebro. Pero, como  carecían de toda evidencia sólida, ninguna de estas teorías  se podía demostrar.

El cerebro pesa únicamente  alrededor de kilo y medio, sin embargo es el objeto más complejo del sistema  solar. Aunque supo­ne tan solo el 2 por ciento del peso  corporal, su apetito es insaciable y consume el 20% de nuestra energía total , en los recién nacidos consume el 65% de la energía total del bebé.

Hemos aprendido  más sobre  el cerebro   en los últimos   quince   años  que  en  toda  la historia   humana,   y la mente,  antes  considerada   fuera  de nuestro   al­cance,  empieza  por  fin a ocupar  su lugar  bajo  los focos. El Premio   Nobel   Eric  R.  Kandel,  del Instituto   Max  Planck  en Tubinga,  Alemania,   escribe:  «Las revelaciones   más valiosas  que  sur­gen sobre la mente  humana  en este período  no provienen  de las disciplinas dedicadas tradicionalmente al estudio de la mente (como la filosofía, la psicología o el psicoanálisis),sino de una combinación de dichas disciplinas con la biología del cerebro».

#EVOLUCIÓN DEL CEREBRO.

Para entender la estructura aparentemente arbitraria del cerebro, en 1967 el doctor Paul MacLean, del Instituto Nacional de la Salud Mental aplicó la teoría de la evolución de Charles Darwin al cere­bro.  Para ello, lo dividió en tres partes. En primer  lugar, se dio cuenta  de que las partes posterior y  central del cerebro, que contienen el tron­co encefálico, el cerebelo y los ganglios basales, son prácticamente idénticas al cerebro de los reptiles

#CEREBRO REPTIL.

Son las estructuras más antiguas del cerebro, y dirigen funciones ani­males básicas  como el equilibrio, la respiración, la digestión, los lati­dos del corazón y la presión sanguínea. También controlan compor­tamientos como el instinto de lucha, de caza, de apareamiento y la territorialidad, que son necesarios para la supervivencia y la repro­ducción. El origen del cerebro reptil se puede trazar hasta hace unos quinientos millones de años.

Pero, a medida que evolucionamos de reptiles a mamíferos, el cerebro también se volvió más complejo, al evolucionar hacia el ex­terior y crear estructuras completamente  nuevas.

#CEREBRO MAMÍFERO.

El «cerebro mamífero»,  o sistema límbico, que está situado junto  al centro del cerebro, alrededor de una parte del cerebro reptil. El sistema límbico está muy desarrollado en los animales que viven en grupos sociales, como los simios. Puesto que las dinámicas de los grupos sociales pueden llegar a ser muy complejas, el sistema límbi­co es fundamental a la hora de identificar los posibles enemigos, alia­dos y rivales.

#NEO CORTEZA. Finalmente,  está la tercera y última  región  del cerebro  mamífero, la corteza  cerebral,  que  es la capa más externa  del cerebro. Desde  un punto  de vista evolutivo,  la estructura   más  reciente  de la corteza  cere­bral  es la  neocorteza    («nueva   corteza»),   que  controla  los  comportamientos  cognitivos  más elevados. Está  especialmente  desarrollada  en el cerebro  humano:  constituye   casi  un 80 por  ciento  de la masa  cerebral, a pesar de que es tan gruesa como  una servilleta.

#NEUROTRANSMISORES.

Determinados químicos llamados «neuro­- transmisores ,pue  en penetrar en  forma de señales.  Puesto que los neuro-transmisores como la dopamina, la se­rotonina y la noradrenalina ayudan a controlar el flujo de informa­ción que recorre las innumerables vías del cerebro, ejercen un pode­roso efecto  sobre lo  que ·pensamos  y nuestros  estados de ánimo .

Uno  de los pilares de esta revolución ha sido la obtención  de imágenes por resonancia magnética (MRI, por sus siglas en inglés: Magnetíc Reso­nance Imaging).

#DOS MEGA PROYECTOS DE INVESTIGACION

 En enero de 2013, el presidente Obama y la Unión   Europea  anunciaron   una partida  presupuestaria  de miles  de millones   de  dólares   destinados   a dos  proyectos   independientes    que buscan  desentrañar   las   claves del cerebro,  algo que  en  otra  época  se  pensó  que  quedaba completamente    fuera  del alcance  de la ciencia  moderna,   es ahora  el objetivo  de dos proyectos  que, como  el del Genoma   Humano,   cam­biarán  el panorama   médico  y científico.   Esto  no  solo  nos permitirá tener  un  acceso  ilimitado   a nuestra  mente,  sino  que  también   propi­ciará la  creación  de nuevas industrias,   estimulará  la actividad  econó­mica y abrirá  nuevos   horizontes   para la neurociencia.

En los próximos 35 años, de acá al año 2050, habremos avanzado mucho con la investigación de la mente, estos proyectos ayudarán mucho.

CONCLUSIÓN DE GUADAMUZ. INTERNET DE LAS COSAS E INTERNET DE LA MENTE.

Durante los últimos 15 años se trabajó mucho, y aún se hace, sobre los proyectos como Genoma Humano, Big Data, Internet de las cosas. Se seguirá haciendo y profundizando en esos campos, pero vaticino yo, el desarrollo de la Internet de la Mente, en la cual se durarán decenas de años, pero en algún momento podremos conectar mentes con mentes alrededor de todo el mundo, creando una verdadera revolución de la conciencia y esperamos un mejor Ser Humano y una mejor vida de conservación de la Tierra y de la interacción planetaria, de la cual somos parte, como una sola ENERGIA cósmica.

Les recomiendo la lectura del libro del Dr. Kaku, referenciado al inicio de este artículo.

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