Hacia una producción masiva de contenidos, en beneficio de la educación pública, ofreciendo así una educación pública de calidad, con equidad.
Lorenzo Guadamuz Sandoval
20 de abril 2016.
Desde hace años vengo preocupado por la enorme y creciente diferencia que existe en términos de la calidad entre la educación pública y la privada, entre la urbana y la rural, entre la diurna y la nocturna, entre las diferentes regiones de un país. Esas brechas han venido creciendo en los últimos años, no debemos engañarnos.
Hemos externado también nuestra preocupación sobre la necesidad de aumentar la retención de los estudiantes, de asegurarles su acceso, pero también su permanencia; hemos comentado medidas para disminuir efectivamente- no sólo artificialmente y aritméticamente – el ausentismo escolar y la deserción escolar , o como rimbombantemente acostumbran muchos a llamarla hoy en día con nombres que aunque representan tendencias finalmente tratan (deliberadamente o no) de ocultar la dura realidad, especialmente para las grandes mayorías de la educación pública, que es la población pobre, la realidad del abandono escolar.
Hemos venido comentando también los grandes avances en el estudio del cerebro, en sus aplicaciones en la educación con la Neurodidáctica; asimismo hemos enfatizado en el notorio beneficio cuando se usan técnicas de super-aprendizaje; de igual manera, durante años hemos venido impulsando el uso de la informática en la educación, así como de la educación virtual, de la aplicación de móviles en el aula, además de impulsar los multimedias en educación.
En el año 2016 es totalmente viable llevar internet a todos los centros educativos, con banda ancha, usando inalámbricos y energía solar en las zonas rurales. Pero llevar internet de banda ancha sólo tiene sentido si es para apoyar la función docente (la conectividad que hay en CR es para la FOD y para la administración) y por tanto no es ni se puede usar para docencia (como debiera ser la prioridad).
Usar esta conectividad de banda ancha -pero en la función docente- nos permitiría dar un gran salto gigantesco en mejorar la calidad de la educación. Podríamos usar la tecnología para la planificación docente, para que desarrollemos lecciones diversas (en función de las diferentes inteligencias múltiples) en todos los grados, en todas las asignaturas, en todas las unidades, en todos los temas, llevándolas a todas las aulas de las escuelas y colegios públicos, con un mínimo común básico para todos y con la amplitud para individualizar la enseñanza para cada estudiante, permitiéndole avanzar a su propio ritmo, sin límites.
Esto permitiría que tengamos dos o tres profesores/tutores por grupo, ayudas virtuales en línea, materiales para todos, escuchando lecciones de excelentes profesores; con la ayuda de video conferencias en línea, con ayuda de cortometrajes como los producidos por Nat Geo, o por Discovery Kid, o producciones nacionales específicas ; utilizando salas móviles de video-conferencias , con el uso de Mega Portales que nos permitan usar herramientas de Aulas Virtuales para docencia en línea, y con la firme convicción de desarrollar el gusto por aprender, aprendiendo a aprender y a desaprender, a amar la lectura, las ciencias, a no odiar las matemáticas, a impulsar la cultura y los deportes.
Además y muy importante brindando Capacitación en línea para los educadores, en función de lo que ellos indiquen necesitar ser capacitados, no en lo que el Ministerio o las universidades tienen para ofrecer.
Estos materiales, los libros de texto, las ayudas didácticas , los planes de lecciones, las lecciones digitales , serían producidas en forma colaborativa con los educadores y asesores del Ministerio y el apoyo- cuando requerido- de las universidades o fundaciones o profesionales. Es un procomún colaborativo, horizontal, de calidad, pertinente, con equidad . Y todo eso sería producido dentro del CREATIVE COMMONS License.
UN POCO DE HISTORIA PARA LLEGAR AL CREATIVE COMMONS.
Basándonos en diferentes fuentes y en el Libro la sociedad de Coste Marginal, de Jeremy Rifkin , hacemos una brevísima historia de la producción libre y colaborativa.
Como la mayoría de estudiantes de sistemas, en 1976, un joven –entonces no famoso- llamado Bill Gates, formaba parte del grupo de hackers , decidió dar un cambio en su vida y decidió iniciar una pelea para que el software fuese pagado. En carta dirigida a sus colegas , en uno de los párrafos decía: “el software hay que pagarlo, quién se puede permitir hacer un trabajo profesional a cambio de nada?”.
En la época apenas se iniciaba la revolución informática y de las comunicaciones. En ambientes universitarios como MIT o en la Universidad de Stanford, el concepto hackers era diferente al concepto actual , ellos eran aficionados a la informática y disponían del software colaborativo , informal, no comercial.
Al igual que Gates, otro joven hacker, del Artificial Intelligence Laboratory de MIT, Richard Stallman, decidió también dar la pelea, pero en otra dirección, decidió liderar un movimiento , denominado Software Libre. A él le parecía no ético cobrar por el uso de un nuevo elemento de comunicación. Para Stallman “todo software debía de ser libre”.
Esas dos posiciones eran obviamente opuestas, para Gates quien usaba un software sin pagar por él era un robo, en el caso de Stallman quien usaba el software y cuando al producirlo lo compartía, eso era fomentar la libertad de expresión… y era democrático.
Stallman lideró un movimiento de trabajo colaborativo y llamó a los mejores programadores del mundo a colaborar para crear un Sistema Operativo llamado GNU, software que cualquiera podía usar, distribuir , modificar. En 1985 Stallman creó la Free Software Foundation, con 4 libertades implícitas: la libertad de usar el programa para cualquier fin; la libertad de modificarlo; la libertad de distribuir copias para ayudar a los demás y la libertad para mejorar el programa y compartirlo con los demás. Stallman creó una licencia para el software libre que la llamó GNU General Public License (GLP). a esta licencia se le conoció como “copy left” en contraposición al “copyright”, es decir, la licencia garantizaba las libertades precitadas.
Esto fue y es un verdadero trabajo colaborativo, internacionalista, interdisciplinario, interpersonas que sin conocerse ni llegarse a conocer colaboraron en un fin común, : el conocimiento distribuido, compartido, socializado, democratizado.
Varios años después de lo descrito brevemente en el párrafo anterior con respecto al software libre, un estudiante de la universidad de Helsinki , llamado Linus Torvalds, diseñó el sistema operativo para computadores personales, y lo distribuyó bajo la licencia GLP.
Algunos de los que participaban del movimiento de software libre desertaron y crearon en 1998 la Open Source Initiative (OSI) .
Algunos de sus fundadores fueron Eric Raymond y Bruce Perens , es decir ellos decían que no podía ser todo producido a costo cero. Su alternativa fue el llamado Código abierto , con lo cual asociaron más sus productos al mundo empresarial. Stallman dijo: “el código abierto es una metodología de programación, el software libre es un movimiento social” . Ambos ofrecen acceso universal a los programas desarrollados cooperativamente.
Con las redes sociales se desplazó el interés colaborativo de los usuarios de internet pasando de la programación a la comunicación, a la conversación, al compartir textos pequeños, imágenes, videos, fotografías, todo libremente. Así el movimiento de software libre pasó a una finalidad más amplia, un movimiento social.
El Copyright se favoreció por el medio usado en la época: la imprenta con los libros y periódicos y el cine, la radio y la televisión. La internet vino a favorecer el copyleft , ya que favorece la internet más un proceso colaborativo.
La generación internet se comunica menos con palabras y más con imágenes, videos, sonido. Las ideas o los videos se envían, se copian, se adaptan , se les adiciona, se les quita, es la remezcla, según Lessig. Proteger ese derecho al uso común de elementos culturales requería otra forma legal. Es así como en el año 2001 Lessig y otros colegas crean el Creative Commons, que es una organización sin fines de lucro.
Siguiendo el ejemplo del Software Libre y de las licencias copyleft gratuitas, ellos crean y conceden una licencia Creative Commons. Dice Rifkin que ellos en lugar de “todos los derechos reservados”, usan el concepto de “algunos derechos reservados”. Se busca proteger el trabajo colaborativo y ofrecerlo gratuitamente. Ejemplo una persona escribe un Libro de Texto, basado en otros autores; lo disponibiliza en la red ; otro profesor puede hallar que un determinado capítulo él lo puede presentar más didácticamente; otra profesora de diseño le elabora ilustraciones; otro especialista en evaluación le adiciona ejercicios de autoevaluación, etc. A ellos se les da una Licencia del tipo Creative Commons. Ellos produjeron socialmente, colaborativamente.
Eso mismo se puede hacer para la producción masiva de contenidos, en beneficio de la educación pública, ofreciendo así una educación pública de calidad, con equidad.
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