Lorenzo Guadamuz Sandoval
Sábado 28 de julio 2018.
Un Consejo Superior de Educación tiene entre sus potestades aprobar planes y programas (parte del Curriculum de la vieja escuela graduada, que es actualmente igual para todos los estudiantes).
Pero un Ministerio de Educación, por medio de sus dependencias responsables ( por ejemplo una División de Curiculum) debe coadyuvar en la preparación de esas propuestas curriculares y debe dar los lineamientos para la elaboración de los mejores textos y materiales auxiliares para la enseñanza y luego debe responsabilizarse por supervisar la calidad del texto y de los materiales educativos.
En un buen proceso, que siga las mejores prácticas mundiales, antes de tocar las partes (una asignatura o partes de los programas de esa asignatura) se toca el TODO, con visión holística, , elaborando los lineamientos para el desarrollo del Curriculum y todos sus componentes .
Por ejemplo en la República Dominicana en el contexto del Plan Decenal de Educación elaboramos primero en forma consultiva, colaborativa, participativa, incorporando a los mejores profesionales sin exclusiones por colores políticos o ideologías , dos libros llamados Filosofía del Curriculum 1 y 2. Buscábamos con esas bases filosóficas evitar improvisaciones, la gestión curricular por ocurrencias, o las propuestas por salir del paso o por copiar modas de otras latitudes o por la presión (como ha sucedido en diferentes países) por asignar contratos a universidades o empresas amigas muchas de las cuales nunca han trabajado en desarrollo curricular.
Ese esfuerzo en la República Dominicana no fue en vano ya que esos dos documentos tan bien elaborados epistemológicamente han sido el norte curricular durante casi 25 años en ese país y han inspirado mejores prácticas en otros países .
Las dependencias especializadas de un Ministerio de Educación muchas veces han emprendido la elaboración propia en el Ministerio de Educación de los Libros de Texto, y la mayor parte de esas experiencias en el mundo han sido más que exitosas (en Costa Rica lo hicimos varias veces, una de ellas entre 1987 y 1989, en la República Dominicana se hizo entre 1991 y 1995 ).
En otros casos, esas Dependencias especializadas han tenido a su cargo la aprobación de cualquier libro de texto a usar en la educación pública y eso debe ser así, ya que un Ministerio de Educación no puede ni debe ceder el control de calidad a órganos externos (puede pedirles ayuda si son especializados) pero nunca ceder esa gran responsabilidad.
Recuerdo que durante mi participación en Brasil como Asesor Técnico Principal de Educación contratado por la ONU y el Banco Mundial , se decidió apoyar varios cambios para mejorar la calidad de la educación, unos 10 cambios significativos. Entre esos determinantes del rendimiento escolar se decidió evaluar todos los libros de texto y cuadernos de trabajo para K-12, fuesen usados en el nivel federal, estadual o municipal. Esa evaluación se realizó con el fin de controlar la calidad y los errores de obsolescencia científica o académica , o de parcializaciones ideológicas, religiosas, políticas o de adoctrinamiento en favor de algún grupo político o religioso o de erradas posiciones o enfoques de corrientes pedagógicas .
Se decidió evaluar más de mil libros de texto para K-12 con una rigurosa metodología , con una muy amplia participación de los mejores profesionales. Recuerdo que en ese Programa trabajó uno de los mejores Expertos mundiales en edición de libros para educación, el Dr. Walter García y el mejor experto mundial en ilustración de libros de texto para estudiantes, el Dr. Gian Calvi y con ellos cientos de expertos provenientes de la academia, universidades, partidos políticos, iglesia, colegios profesionales, academias de ciencias, de historia, etc.
El producto fue un catálogo con calificaciones para cada libro, incluido aquellos que no pasaron el examen, que no fueron pocos por cierto y que a pesar de la presión se prohibió su uso.
Siempre que se quiere exigir calidad, siempre que se quiera controlar o impedir errores conceptuales o adoctrinar por medio de los libros de texto – como los ejemplos difundidos en la Prensa costarricense durante el mes de julio 2018- , siempre que un Ministerio de Educación quiera con seriedad cumplir con sus responsabilidades, habrá quienes presionen para que no se haga.
Por qué, porque la elaboración, producción, edición y venta de los Libros de TEXTO es uno de los muy grandes negocios en la educación, y no son pocos los beneficiados, desde medios de comunicación importantes, empresas, editoras, y productores independientes.
Lo que no se vale, lo que debe ser inaceptable, es que en el MEP se diga que lo único que debe hacer el MEP es enviar propuestas de programas al Consejo Superior y que la empresa privada elabore los libros de texto con base en esos programas oficiales y que el Ministerio se lave las manos , no se comprometa en evaluar y aprobar- bajo su superior autoridad- los libros de texto que se utilicen en la educación pública.
El Ministerio de Educación no debe tener miedo a los que producen libros de texto, u otros bienes y servicios . Ejemplo si hay que actualizar programas de estudio cada dos o tres años porque la ciencia avanza cambien, actualicen, no dependan de los plazos que impongan los libreros o periódicos, o empresas editoras. El MEP debe cumplir con sus funciones, sin miedo.
El MEP tiene que supervisar y autorizar todos los materiales a ser usados en el sistema educativo público . Si no , no tiene razón de ser el que los costarricenses paguen con sus impuestos el mantener un ineficaz elefante blanco, que ni administra bien la educación , ni construye los centros educativos , ni da adecuado y oportuno mantenimiento, a la infraestructura físico-educativa, ni actualiza sus legislación, ni sus enfoques curriculares , entre muchas otras cosas que no atiende bien.
El MEP tiene los profesionales para hacer las cosas bien, sólo que deben respetarlos y permitirles actuar como profesionales, no como asistentes sin capacidad de pensar y menos de actuar.
El país cuenta con los especialistas requeridos para cambiar y hacer las cosas bien, sólo se requiere HUMILDAD en las autoridades de Educación para corregir errores y permitir la participación de los que saben.
La educación es de todos, no de una gestión ministerial de cuatro años (los errores de las últimas 4 gestiones están ahí, con el daño visible , así como con sus logros también visibles ).
Errores siempre podemos como humanos cometer, pero no tenemos derecho a seguir cometiendo los mismos errores del pasado que han llevado aun MEP ineficiente, descontextualizado, arcaico, no realmente modernizado aunque hablen de modernización y de innovación.
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